Un sí al análisis para liberarse de ataduras, para dejar de repetir. Un espacio para vos mismo donde nada se juzga. Un lugar para dejar de guardar y animarse a enfrentar, siempre con los tiempos de cada uno. Un terreno que alienta a poner palabras dónde no las hay para poder hacer algo con eso que te angustia y que quizás no sabes qué es.
Dónde no querer recordar (con sus consecuencias), se transforma en recordar de otra manera.
Un lugar para responsabilizarse del propio dolor, en el sentido de dar el paso para hacer algo con eso, con el fin de una mejor calidad de vida; lejos de que te sientas culpable por ese padecimiento.
Un lugar donde para ganar la libertad de lo que aqueja, demandará una perdida, pero no sin abrir la posibilidad a una nueva apuesta. Porque en fin, ¿de eso se trata un poco todo no ? ¿Qué es vivir si no es apostar a algo?
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